Takamine

Cuando Ben Allen tenía 18 años, su hermano mayor, David, sacó del armario la guitarra de la casa de empeños y le enseñó a su hermano pequeño los pocos acordes que sabía. Por aquel entonces, las aficiones del joven Ben eran más bien de dos ruedas, concretamente las carreras de motos y bicicletas. Pronto, la guitarra volvió al armario. Ben era muy musical. Cantaba en el coro de la iglesia y en la radio country y rock de Nashville. Pero la idea de subirse a un escenario, en cualquier lugar y por cualquier motivo, seguía siendo ajena al tímido tennesse. Tuvo que trasladar su carrera de Music City al suroeste de Florida para que a Ben Allen le picara el gusanillo.

Cuando llegó la recesión a finales de la década de 2000, Allen cerró su pequeño negocio de deportes de motor vendiendo motocicletas y vehículos de cuatro ruedas de segunda mano y aceptó un puesto como inspector de edificios en Naples (Florida), con lo que prácticamente abandonó sus días de ciclista. Fue entonces cuando Ben se reencontró con las seis cuerdas y los tres acordes que le enseñó su hermano.

"Sabía que me encantaba cantar y pensé: 'Sería estupendo poder acompañarme a mí mismo durante toda una canción'", recuerda Allen. Después de conseguirlo varias veces, Ben se apuntó a una noche de micrófono abierto en una bolera local. "Me dio un susto de muerte y me encantó", dice el ex piloto de motos de cross. "Todo lo que sea emocionante como eso, ¡me apunto!".

Ben formó un dúo y luego una banda de cinco músicos. Pronto, la Ben Allen Band estaba tocando 180 fechas al año como una de las favoritas del Sunshine State. Para dar cabida a estas actuaciones en directo, compró su primera Takamine, una EG544SC-4C (similar a la actual GN20CE), tocando más de 1000 conciertos con el modelo G Series antes de actualizar a su actual número uno, una dulce TNV360S de alrededor de 2002 (similar a la actual P7D). Es esa dreadnought vintage, adornada con firmas desgastadas de varios artistas para los que ha sido telonero, la que quizá reconozcas de la audición a ciegas de Ben para la temporada 19 de The Voice. Echa un vistazo a este vídeo para ver cómo le fue.

Los seguidores de Ben Allen se dispararon con una serie de actuaciones inspiradas e impecables, que le valieron un puesto en las semifinales del programa de mayor audiencia (ocho millones de espectadores por noche, dos veces por semana). La nueva estrella encabezó y agotó las entradas del Hertz Arena de Estero, Florida, en la primera apertura del local tras la pandemia. No es una mala trayectoria desde su lanzamiento en una noche de micrófono abierto. Preparándose para lo que probablemente será un verano ajetreado, Ben adquirió recientemente una nueva P7DC de la lujosa colección Pro Series 7 de Takamine. "Puedo decir literalmente y con orgullo que he tocado una guitarra Takamine en cada uno de los conciertos que he hecho, 1.500 y contando, lo que se suma a las muchas razones por las que estoy tan orgulloso de estar en la lista de Takamine".